Historia y Cotitulares
Historia y Titulares de la parroquia, s. Eugenio papa y sta. Inés virgen y mártir.-
HISTORIA DE LA PARROQUIA DE SAN EUGENIO, PAPA, Y STA. INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR
Creada por el Arzobispo de Valencia, D. Marcelino Olaechea Loizaga, el año 1958, siendo nombrado párroco de la misma D. Carlos José Benlloch García.
También se creó el Hogar Parroquial y se fueron organizando los distintos grupos parroquiales, que mantuvieron una gran actividad durante los años posteriores.
Tras algunas vicisitudes, el Arzobispado decidió, en el año 1968, dividir la parroquia en dos, quedando D. Carlos José Benlloch García como párroco de S. Eugenio, y siendo nombrado D. Eduardo Taroncher, párroco de Sta. Inés. A partir de este momento, las dos parroquias emprenden rumbos diferentes.
Ya en el año 1987, el Arzobispado de Valencia, vuelve a reunir las dos parroquias en una sola bajo un único párroco, D. Germán, que ocupó este puesto hasta el año 1993, siendo sustituido por D. Vicente Estrems Burgal.
En la actualidad, con su párroco D. José Vicente Morató, la parroquia continúa sus actividades con diversos grupos: Cáritas, con atención primaria y ropero; Catequesis de iniciación y de jóvenes; Liturgia; Preparación y animación Eucarística; Pastoral de enfermos; cursillos de Lectores de la Palabra; Escuela de adultos; Vida Ascendente; Coro; además de diversos talleres (yoga, música, patchwork), que se van ampliando anualmente. Así mismo, a través de Cáritas Parroquial, colaboramos con el Economato Interparroquial de Cáritas, del Arciprestazgo 3 de Valencia.
RESEÑA DEL COTITULAR SAN EUGENIO I PAPA.-
Eugenio I fue el papa n.º 75 de la Iglesia católica, entre el 10 de agosto de 654 y el 2 de junio de 657. Su predecesor fue Martín I y le sucedió Vitaliano.
Nació en Roma. Hijo de Rufiniano. Habia pertenecido al clero desde muy joven.
Fue elegido papa por expresa voluntad del emperador Constante II, un año antes de la muerte de su antecesor Martín I.
El 18 de junio del año anterior, 653, el papa S. Martín I fue obligado a abandonar Roma y retenido en el exilio, en Crimea,... Constantinopla, donde murió (sept. 655) por no someterse a los dictados de Bizancio en el asunto del Monotelismo.
El monotelismo es la herejía de los que decían que Jesucristo no había tenido voluntad humana, sino solamente voluntad divina.
El clero romano y el mismo Eugenio I no se opusieron a la voluntad de Constante, probablemente no por sumisión o miedo, sino por motivos de oportunidad. Tal vez no querían indisponer al emperador quien, por ejemplo, hubiera podido hacer elegir a un papa monotelista; o quizás dando muestras de condescendencia, no se quiso comprometer aún más la ya precaria posición del papa Martín I.
Uno de los primeros actos del nuevo papa consistió en enviar legados a Constantinopla con cartas para el emperador Constante II, informándole de su elección y presentando una profesión de su fe.
Pero los legados se dejaron engañar o se pasaron al otro bando y volvieron con una carta sinodal de Pedro, nuevo patriarca de Constantinopla (656-666), mientras que el enviado imperial que les acompañó trajo donaciones para S. Pedro y una petición del emperador para que el papa entrara en la comunión del patriarca de Constantinopla.
Eugenio I rechazó la epístola sinodal que le envió el patriarca Pedro, ya que contenía graves ambigüedades doctrinales en sentido monotelista, y se negó a suscribir una profesión de fe dictada por el mismo emperador. Antes bien, contestó a la provocación denunciando los abusos y las persecuciones que Martín I había sufrido por parte de la corte imperial, haciéndolos de público dominio.
Los delegados bizantinos se enfurecieron de tal manera por este rechazo de la voluntad de su emperador y de su patriarca que amenazaron, con frases muy duras, que cuando la situación política lo permitiera, torturarían a Eugenio y a todos los que habían hablado en su favor en Roma así como lo hicieron al papa Martín I.
Eugenio se libró del destino de su predecesor por el avance de los musulmanes, que tomaron Rodas en 654 y derrotaron decisivamente a los bizantinos en la batalla naval de Fénix (655).
Poco más se sabe de este Papa, sino que consagró a 21 obispos para diferentes partes del mundo y que fue enterrado en S. Pedro.
RESEÑA DE LA COTITULAR SANTA INÉS VIRGEN Y MARTIR.-
Inés (291?-304). Los detalles de su martirio llegan a nosotros a través de una obra llamada Actas escrita en el siglo V, según la cual Inés era una bella joven proveniente de la noble familia romana Clodia Tuvo varios pretendientes, a los que rechazó por declararse fiel amante de Cristo. Entre ellos se contaba el hijo del prefecto de Roma, quien al ser rechazado la denunció a su padre por ser cristiana.
Fue juzgada y sentenciada a vivir en un prostíbulo, donde, según cuenta la tradición, y milagrosamente permaneció virgen, pues aunque acudieron muchos jóvenes licenciosos no se atrevieron a acercársele, pues se llenaron de terror y espanto al ser observados por la santa. Según las Actas de su martirio, aunque fue expuesta desnuda, los cabellos le crecían de manera que tapaban su cuerpo. Más tarde fue condenada a muerte, y, cuando iba a ser decapitada, el verdugo intentó que abjurase, a lo que ella respondió:
“Injuria sería para mi Esposo que yo pretendiera agradar a otro. Me entregaré sólo a Aquél que primero me eligió. ¿Qué esperas, verdugo? Perezca este cuerpo que puede ser amado por ojos que detesto”.
Fue sepultada en la Vía Nomentana, en las llamadas catacumbas de Santa Inés. La hija del emperador romano Constantino, Constanza, mandó construir la basílica que lleva su nombre en esa Vía Nomentana de Roma. Se trata de una de las basílicas paleocristianas mejor conservadas en la actualidad.
Aun cuando la veracidad de la fuente histórica que narra los detalles del martirio es puesta en duda por los historiadores cristianos, hay menciones a la mártir en otros escritos del tiempo, como por ejemplo, la Depositio Martirum del año 354 y los Epigramas del Papa Dámaso (366-384).
Debido a la raíz de su nombre (Agnes, de agnus, "cordero" en latín y "pura" en griego), el 21 de Enero, día de su fiesta, se bendicen los corderos con cuya lana se tejerán los palios de los arzobispos .El palio es un ornamento de lana blanca con seis cruces negras, que se pone sobre los hombros y tiene dos bandas que caen sobre el pecho y la espalda. Lo llevan el Papa y los arzobispos metropolitanos. Es un símbolo que manifiesta la estrecha unión con el romano pontífice y la misión del pastoreo, razón por la cual se confeccionan con la lana de los corderos.