Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?" Él les dijo: "Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: 'Señor, ábrenos'; pero él os dirá: 'No sé quiénes sois'. Entonces comenzaréis a decir: 'Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas'. Pero él os dirá: 'No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad'. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y de occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad, hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos".

Lc 13, 22-30

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  Los que se decían pertenecientes al pueblo elegido de Dios, pensaban que ya lo tenían todo hecho, todo asegurado: 'Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas' (Lc 13, 26). El Maestro, al relatar esta parábola quiere que sus oyentes reflexionen acerca de esa actitud equivocada.  

  También nosotros vivimos en una sociedad que durante mucho tiempo se ha regido por los valores cristianos. Sin embargo vemos que esto se desmorona por todas partes. Y en lugar de sentirnos derrotistas por esta situación, o de ignorarla como si no pasara nada, deberíamos reflexionar acerca de nuestra posición al respecto: ¿Qué hacemos cuando escuchamos que ya no sirve de nada una religión de mantenimiento sino que es imprescindible una nueva evangelización en nuestro continente europeo, en nuestro propia nación? ¿Qué estamos haciendo para conservar y desarrollar la fe cristiana? 

  Cada cristiano debe esforzarse en crecer y madurar espiritualmente, en no quedarse estancado, porque no tenemos nada seguro, porque un día nos encontraremos ante la puerta estrecha... y el Maestro ya nos advierte con tiempo que debemos "esforzarnos" para poder entrar por ella, porque habrá muchos intentando entrar por esa puerta sin conseguirlo (Lc 13, 24).

Domingo, 25 de agosto de 2019

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