LEEMOS (Lc 11, 1-4):

Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, ensénanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación».

 

MEDITAMOS;

Jesús estaba orando. Cuando terminó, uno de los discípulos le pidió que les enseñara a orar. Esto es muy interesante. Y nos vamos a centrar en esta primera parte del pasaje. El discípulo le hace la pregunta cuando le ve orando. Qué importante es que nuestros hijos nos vean orar!! Ese es el ejemplo. ¿Cuándo le preguntan a Jesús que les enseñe a orar? Cuando le ven orando. Por otro lado, no olvidemos que los discípulos que seguían a Jesús eran judíos. Por lo tanto, las enseñanzas de la Ley judía sobre los rezos se las sabían. Sin embargo, a Jesús le piden que les enseñe a orar. Ya veían algo nuevo. Jesús no estaba orando en el templo ni en la sinagoga, sino en cierto lugar. Eso ya es novedoso y rompedor. De hecho, seguidamente les enseña el Padre Nuestro. Hoy celebramos la fiesta de San Bruno, fundador de los Cartujos. Hoy es un buen día para dedicarlo a rezar.

 

ORAMOS:

Señor: Enséñanos a orar desde ti.