LEEMOS (Mc 4, 26-34):

También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega». Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.

 

MEDITAMOS:

Como vemos, Jesús les habla a sus oyentes en términos que estos conocen. Les pone ejemplos de agricultura. Y saben perfectamente qué significa lo que Jesús les está diciendo. Era una sociedad fundamentalmente agrícola, como es el caso de sus oyentes en el Evangelio de hoy, y ganadera (de ahí que en otras ocasiones hable del pastor y de las ovejas). Quizá hoy no lo comprendemos tanto del todo: vivimos no ya en una sociedad industrializada y urbanizada, con lo que de agricultura sabemos poco, sino globalizada. Pero sí comprobamos qué actitud hay detrás de las palabras de Jesús: se comunica con palabras y ejemplos que al oyente le son familiares. Es decir, se adapta para hacerse comprender. Y se adapta a cada uno de nosotros. Como dice James Martin, SJ, Dios nos habla por medio de las cosas que conocemos, que nos son familiares, que tienen que ver con nosotros y, además, en nuestra cotidianidad. No hay que esperar, pues, a grandes acontecimientos, sino ver lo que ocurre en nuestra rutina. La rutina puede ser mirada con otros ojos, concretamente los de Jesús.

 

ORAMOS:

Señor: Enséñanos a mirar con tus ojos.