LEEMOS: (Lc 5, 33-39)
Ellos le dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben». Jesús les dijo: «¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días». Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo; de otro modo, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo. «Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría, y los pellejos se echarían a perder; sino que el vino nuevo debe echarse en pellejos nuevos. Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo porque dice: «El añejo es el bueno».
MEDITAMOS:
Benedicto XVI definía la fe del siguiente modo: “la fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con Él”. Estemos, pues, con Jesús. Vivamos con Él. Dediquemos tiempo a la oración, a la caridad, a intentar quitar de nosotros aquellas cosas que no nos gustan porque nos obstaculizan en el seguimiento de Jesús. Y estemos alegres porque estamos con el Señor.
ORAMOS:
Señor: En nuestra vida, que lo que hagamos, lo hagamos contigo.
