LEEMOS: (Lc 21, 12-19)
«Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
MEDITAMOS:
Pasamos por no pocas situaciones difíciles en esta vida. Muchas veces nos preguntamos por qué. Pero esa no es la pregunta adecuada. Nada es perfecto, y siempre ocurren cosas buenas y malas. De modo que lo primero que hay que hacer es reconocer y aceptar la realidad de la situación y lo segundo es preguntarse: ¿Cómo respondo a esta realidad que me está sucediendo? Jesús nos da algunas indicaciones: 1) Dar testimonio, examinando lo que ocurre y preguntarnos cómo podemos dar testimonio en esa situación concreta. 2) Confiar en el Señor, que nos da fuerza, luz, y esperanza. 3) Perseverar, es decir, no tirar la toalla.
ORAMOS:
Señor: Gracias por darnos luz, fuerza, confianza y esperanza en las situaciones difíciles de nuestra vida.
