LEEMOS: (Mt 11, 28-30)
En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que
estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es
llevadero y mi carga ligera».
MEDITAMOS:
El Evangelio es Verdad. Y hay que pedir al Señor que nos ayude a confiar en su Palabra. Porque, insistimos, su Palabra es Verdad. Sin ir más lejos, lo comprobamos en el Evangelio de hoy. El Señor no nos va a quitar de ninguna carga. Sabe que eso es imposible. Sabe que eso no es realista. Si pensamos que todo es un camino de rosas es que ni hemos aprendido nada de la vida, ni hemos aprendido nada del Señor. No en vano, eso es lo que nos dice hoy Jesús cuando nos encontramos en dificultades: 1) No adoptar conductas evasivas. 2) Vivir, por tanto, el problema y la dificultad que estamos pasando. 3) Pero aprender de la misma y aprender de Jesús. 4) Así es como el Señor nos alivia. Porque, como dice San Ignacio de Loyola, el Señor labora en nosotros.
ORAMOS:
Señor: Ayúdanos y enséñanos a confiar más en tu Palabra.
