LEEMOS: (Jn 14, 21-26)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Le dijo Judas, no el Iscariote:

«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»

Respondió Jesús y le dijo:

«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.

El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».

 

MEDITAMOS:

Nuestro pensar, intención, voluntad, acción, nuestro comportamiento en la vida debe empezar y estar constantemente guiado por la Palabra. Como decía el Papa Francisco, escuchándola, meditándola, asimilándola, viviéndola, celebrándola y dando testimonio de ella. En pocas palabras, amando a Dios y amando a los demás desde y con Dios.

 

ORAMOS:

Señor: Que te amemos cada vez más, que guardemos tus palabras, que amemos a los demás.