LEEMOS: (Mt 11, 25-27)

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»

 

MEDITAMOS:

Es providencial el Evangelio de hoy. Jesús da gracias al Padre porque ha escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las ha revelado a la gente sencilla. Hoy celebramos la Fiesta de la Virgen del Carmen. María fue una mujer sencilla, humilde. En su sencillez radicaba su profundidad. En su fe, en su abandono a Dios, radicaba su sabiduría. En la oración radicaba su unión con Dios. María es el camino privilegiado de ir a Jesús.

 

ORAMOS:

Gracias, Señor, por María.