LEEMOS: (Mt 17, 10-13)

Cuando bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:

«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».

Él les contestó:

«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».

Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.

 

MEDITAMOS:

¿Jesús pasa por nuestras vidas y no le reconocemos? Preguntado de otro modo: ¿Cómo podemos reconocer que Jesús pasa por nuestras vidas? Un buen método para ello es el Examen, cuya existencia se debe a san Ignacio de Loyola. Es detenerse en aquellos momentos del día en los que percibimos que Dios ha estado con nosotros. No estamos hablando de grandes cosas. Dios actúa en nuestra vida cotidiana. Repasamos, pues, las situaciones por las que le damos gracias (el día en el trabajo, un compañero nos ha sonreído o hemos estado hablando, hemos cumplido con nuestras obligaciones; comemos toda la familia juntos; damos un paseo con nuestra pareja; nos hemos encontrado con alguien, …). También por aquellas cosas por las que le pedimos perdón. Acabamos pidiéndole la gracia de hacer las cosas mejor al día siguiente. Nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos, a acercarnos más al Señor, a mejorar como personas, a amar más.

 

ORAMOS:

Señor: Que estemos atentos a tu presencia. Que reconozcamos que estás con nosotros en todo momento.