LEEMOS (Mc 9, 38-40)
Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero, como no viene con nosotros, hemos tratado de impedírselo.» Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.
MEDITAMOS
Hoy nos encontramos ante un pasaje del Evangelio que nos pregunta, sencíllamente, por qué ejercemos la caridad. Y esta pregunta plantea una serie de cuestiones. Hacemos la caridad: ¿Porque somos mejores que nadie? ¿Porque nos da prestigio? ¿Hacemos un tipo de caridad en lugar de otro... que nos parece menos importante?¿Tenemos, incluso, el monopolio de la caridad por ser seguidores de Jesús... o por ser seguidores de nosotros mismos? Pues bien, mientras en no pocas ocasiones nos ocurren estas actitudes, Jesús nos enseña que, simplemente (pero difícilmente), hay que hacer el bien por amor a los demás.
ORAMOS
Señor: Enséñanos a mirar el mundo y a las personas con tu mirada para que seas Tú, y no nosotros, el criterio de nuestro amor.
 
    			
 
								 
				 
				 
				 
				