Voy a cantar la bondad y la justicia;
para ti, Señor, tocaré mi música.
Voy a explicar el camino perfecto.
¿Cuándo vendrás a mí?
Quiero proceder en mi casa con recta
conciencia.
No quiero ocuparme de asuntos indignos,
aborrezco las acciones criminales.
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
al altanero y al ambicioso
no los soportaré.
(Del Salmo 100)