¡Qué preciosa es la vida contemplativa a los ojos de Dios y de la Iglesia! Constituye una de las estructuras fundamentales de la Santa Iglesia; ha estado presente en todas las fases de su historia dos veces milenaria, siempre fecunda en virtudes sólidas, siempre dotada de un misterioso y poderoso atractivo sobre las más elevadas y nobles almas.

(san Juan XXIII)