Allí donde las comunidades educativas se dejan guiar por la palabra de Cristo, no se retiran, sino que se relanzan; no levantan muros, sino que construyen puentes. Reaccionan con creatividad, abriendo nuevas posibilidades para la transmisión del conocimiento y del sentido en la escuela, en la universidad, en la formación profesional y civil, en la pastoral escolar y juvenil, y en la investigación, porque el Evangelio no envejece, sino que «hace nuevas todas las cosas» (Ap. 21,5). Cada generación lo escucha como una novedad que regenera.

 

(Papa León XIV)