LEEMOS: (Lc 21, 34-36)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

 

MEDITAMOS:

La comida, la bebida u otras necesidades, son buenas. Sin ellas, no podríamos vivir. El problema es cuando en lugar de tomar o realizar esas necesidades según su definición, naturaleza y fin, al tener los afectos desordenados, como dice san Ignacio de Loyola, desvirtuamos esas necesidades y, entonces, van o las hacemos ir en nuestro perjuicio, convirtiéndonos en esclavos de ellas. Dios nos quiere libres. No seamos esclavos, por tanto.

 

ORAMOS:

Señor: Danos prudencia, sabiduría y templanza para vivir una vida ordenada según tu voluntad.