Muchos de los discípulos de Jesús dijeron: "Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen". Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede". Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los doce: "¿También vosotros queréis marcharos?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios".
Jn 6, 60-69
- - - -
"Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él" -Jn 6, 66-
Jesús había estado enseñando en la sinagoga de Cafarnaún (Jn 6, 59), mostrándose como Pan de Vida (Jn 6, 35), como alimento que perdura y salva, alimento para el alma. Y sus palabras habían escandalizado a muchos de sus seguidores que consideraban este discurso duro e imposible de seguir; por este motivo se alejaron de Jesús.
Sería bueno meditar, en silencio y sin prisas, nuestra relación personal con Jesús. Sus palabras nos llegan a través de los evangelios y debemos reflexionar acerca de ellas, para llevarlas a la práctica en nuestra vida. Podríamos preguntarnos, en presencia del Maestro, acerca de nuestra vida como creyentes, como discípulos suyos, para poder responder, con total sinceridad, a su pregunta: "¿También tú quieres marcharte?" (Jn 6, 67b).
Sábado, 11 de mayo de 2019
o-o-o-o
Señor: "¡Soy feliz bajo tus alas! Mi vida entera está unida a ti; tu mano derecha no me suelta". (Sal 63, 7b-8)
------------------------------------
