Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?" Al verlo, Pedro dice a Jesús: "Señor, y este ¿qué?" Jesús le contesta: "Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme". Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: "Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?" Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir.
Jn 21, 20-25
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A veces nos preocupamos más por lo que hacen o dejan de hacer los otros que por lo que se espera de nosotros mismos. Vemos a Pedro, al que Jesús le ha pedido que le siga (Jn 20, 19b), aparentemente algo molesto porque el discípulo amado (Jn 20, 20) les sigue también.
Cuando caminamos siguiendo las huellas del Maestro, no debemos preocuparnos por si otros hacen lo mismo o no, ni por la forma en que lo hacen. Cada uno de nosotros escucha de manera diferente la llamada del Señor y lo importante es la respuesta que le damos. Así pues, debemos centrarnos en la voz de Jesucristo que nos convoca al seguimiento: "Tú sígueme" (Jn 20, 22b), y dejar todo lo demás en las manos de Dios.
