LEEMOS (Mt 28, 1-10)

Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Angel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho». Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».

 

MEDITAMOS

Cada frase del Evangelio de hoy, hasta cada palabra, está cargada de profundo sentido. Nos ceñiremos a tres situaciones: 1) El Domingo. 2) El terremoto. 3) La reacción de los guardias y de las mujeres. Comienza diciendo "Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana  (Mt 28, 1)", lo cual quiere decir que el Domingo es el día de la Resurrección, el día del Señor, el dies Dominica, motivo por el que para los cristianos es el día más importante, a diferencia del sábado para los judíos. Por otro lado, el terremoto o seísmo recuerda cuando "tembló la tierra", que ocurrió en el momento de la muerte del hijo de Dios (Mt 27, 51-52): tanto la muerte como la Resurrección tienen, pues, un alcance cósmico, incluso el terremoto venido inmediatamente después de la muerte hizo que se abrieran "los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron" (Mt 27, 52-53) a la espera de la Resurrección del y con el Señor: así pues, entre otras, son esas dos razones (sentido cósmico y Resurrección) por las que hay otro seísmo cuando Jesús resucitó. Por último, por no alargarnos más, hay una diferencia entre la reacción de los guardias, que estaban "atemorizados ante él" (Mt 28, 4), y la reacción de las mujeres, a quienes tanto el Ángel como Jesús les dicen "No temáis" (Mt 28, 5.10). Jesús enseguida las envía a dar testimonio. Es, pues, un día de gran alegría, de gran gozo, la muerte ha sido vencida, la Vida Eterna nos ha empezado a llegar (el "ya sí pero todavía no" tan clásico en la Teología), y el encuentro con el Resucitado hace que tengamos vida y Vida en abundancia.

 

MEDITAMOS

Gracias, Señor, por la Vida, por Ti, por TODO.