El Señor es mi luz y mi
salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Una
cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
Espero
gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
(Del Salmo 26)